viernes, 5 de febrero de 2010

MURCIA/ El Ayuntamiento estudia que el tranvía sustituya a los autobuses por la Gran Vía


Otra de las propuestas de los expertos es cerrar al tráfico privado el Puente Viejo
05.02.10 - 00:48 -
MARÍA JOSÉ MONTESINOS mjmontesinos@laverdad.es MURCIA.


¿Cabe el tranvía en la Gran Vía? La respuesta es afirmativa si se elige la opción de suprimir los dos carriles-bus existentes actualmente y destinar ese espacio a la plataforma tranviaria. De esta forma, de los cuatro carriles existentes actualmente, quedarían dos en el centro para el paso de vehículos privados y los dos carriles exteriores serían para esta nueva forma de transporte público.
Ésta es otra de las propuestas que figuran en el estudio de viabilidad que está realizando la empresa concesionaria de la línea 1 del tranvía, Tranvia de Murcia SA, y que ahora está sobre la mesa del equipo de gobierno para que, una vez valorada por los técnicos municipales, se adopte la decisión política que se estime más conveniente.
La idea de suprimir los autobuses por la Gran Vía no parece descabellada si se tiene en cuenta que el objetivo que se ha marcado la corporación municipal es cambiar radicalmente el concepto del transporte público en el municipio.
La empresa concesionaria de la línea 1 del tranvía no sólo construye -y gestionará a partir de enero de 2011- la línea l del tranvía, que es la que comunicará la plaza Circular con los centros comerciales de la zona norte -incluyendo el tramo experimental que ya funciona en la avenida Juan Carlos I- y con los campus universitarios de Espinardo y de Guadalupe (Ucam). También se le encomendó el estudio de viabilidad de las líneas 2 (Murcia-La Arrixaca y El Palmar), 3 (Murcia-Beniaján-Torreagüera-Los Ramos) y línea 4 (Murcia-Javalí y Alcantarilla), y la conexión de la plaza Circular con el Carmen.
El estudio de viabilidad, que es el documento base sobre el que va a trabajar el Ayuntamiento tanto para la puesta en marcha de las restantes líneas del tranvía como para el nuevo modelo de transporte público, se basa no sólo en criterios de sostenibilidad e impacto medioambiental, sino que tiene también un importante componente de rentabilidad económica.
Es fundamental que el tranvía se llene para que sea rentable. Y parece claro que la mejor manera para garantizar el éxito del tranvía y que recoja el mayor número de viajeros es que estos suban o desciendan en la Gran Vía.
Sin embargo, la Gran Vía tiene actualmente su espacio hipotecado con los carriles-bus, uno en cada sentido, y otros carriles en el centro para los vehículos particulares. Incluir una plataforma tranviaria en el centro de la Gran Vía Salzillo, al estilo de lo que ya funciona en la avenida Juan Carlos I o lo que se está construyendo en las avenidas Ronda de Levante o Juan de Borbón, no parece muy factible porque la Gran Vía no es tan ancha como las otras arterias citadas.
Además, el criterio que más han valorado los expertos que han llevado a cabo el estudio de viabilidad es que si pasa el tranvía por la Gran Vía no será necesario que pasen los autobuses. Máxime si se tiene en cuenta que Ayuntamiento y Comunidad Autónoma están estudiando la unificación tarifaria, lo que significa, además de reducir el actual galimatías de precios de los billetes, sacar un tipo de bono o billete que sirva indistintamente para utilizar el autobús y el tranvía. En este trabajo de unificación tarifaria van de la mano Ayuntamiento y Dirección General de Transportes habida cuenta de que actualmente sólo 10 líneas de autobuses son urbanas y dependen directamente del Ayuntamiento mientras que 24 son líneas interurbanas (las que van a pedanías) y dependen del Ayuntamiento.
Otra decisión que tendrá que adoptar el Ayuntamiento es si el tranvía pasa o no por el Puente Viejo desde la Gran Vía hacia el barrio del Carmen. Y más aún. Si el Puente Viejo se queda para uso exclusivo del tranvía. Las alternativas para el tráfico privado serían varias, entre ellas incluso la construcción de un nuevo puente. El estudio de viabilidad, según ha podido saber La Verdad, afirma que «técnicamente es posible», y se basa en que a principios del siglo pasado el tranvía pasaba por el Puente Viejo.
Se da la circunstancia de que esta posibilidad ya fue apuntada por la empresa Epypsa cuando inició en 1999 los trabajos de campo para recabar datos sobre el estado del tráfico de la ciudad y los hábitos de los conductores.
Otra de las cuestiones que habrá que estudiar es si la sustitución de los autobuses por el tranvía permite habilitar carriles bici en la Gran Vía. Con la intensidad de tráfico diaria y la sección actual no sería posible. Pero el Ayuntamiento barajó tiempo atrás que sí hubiera carril bici junto al tranvía.

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