CALASPARRA/ Agricultura declara ‘El Olivarejo’ como zona deportiva de pesca sin muerte durante la temporada 2009-2010

CARM
El lugar ha sido acondicionado por la Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad con la creación de 31 puestos de pesca que han supuesto una inversión de 105.000 euros
El director general Pablo Fernández asiste a la entrega de premios con motivo de la actividad deportiva que se celebra esta mañana
La Consejería de Agricultura y Agua ha declarado ‘El Olivarejo’ como zona deportiva de pesca sin muerte durante la temporada 2009-2010, hasta su próxima conversión en coto de pesca fluvial. Se trata de un tramo del río Segura, próximo al Santuario Virgen de la Esperanza, en Calasparra, que ha sido acondicionado con la creación de 31 puestos de pesca.
Las obras han supuesto una inversión de 105.000 euros y han consistido en la limpieza y desbroce de los puntos seleccionados, la excavación mecánica y el hormigonado de la losa de apoyo y de las plataformas de pesca, el recubrimiento de los puestos con piedra caliza, la restauración vegetal, la limpieza del entorno, así como la colocación de cartelería y señalización.
El director general de Patrimonio Natural y Biodiversidad, Pablo Fernández, asiste esta mañana a la actividad de pesca que se desarrollará en dicha zona y a la posterior entrega de premios, que tendrá lugar en Calasparra (a las 13:00 horas, en la Casa Torre ‘El Olivarejo’).
Fernández apuntó que la Consejería pretende facilitar a los aficionados el ejercicio de la pesca deportiva y al mismo tiempo “descargar la presión de pesca en otras zonas más sensibles, como son los espacios naturales de Cañaverosa y Almadenes”.
Demanda creciente
El director general señaló, asimismo, que la adecuación de ‘El Olivarejo’ tiene como objetivo “satisfacer la creciente demanda de los pescadores ante la escasez de zonas de pesca idóneas para la competición”. En este sentido, destacó que dicha zona “se adecua la capacidad piscícola a las condiciones hidrobiológicas, al generar un recurso económico en un lugar relativamente alterado, pero que aún conserva la calidad suficiente para este tipo de actividad”. Fernández concluyó que la pesca sin muerte “permite un uso sostenible de los recursos piscícolas mediante la conservación de las especies”.