EFE
La Audiencia Provincial de Murcia ha confirmado la pena de multa por un delito contra la seguridad del tráfico impuesta por un juzgado de lo Penal a un guardia civil que fue sorprendido por policías locales de Molina de Segura cuando conducía ebrio y que atribuyó la denuncia de los agentes a una venganza.
El Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia declaró como hechos probados que el acusado circulaba el 3 de diciembre de 2007 por la N-301 «cuando, a la altura de Molina de Segura, fue sorprendido por una dotación de la Policía Local cuando salía, a una velocidad anómalamente reducida, de una rotonda, parando en una vía de servicio, donde apagó las luces». Los policías locales lo sometieron a las pruebas de alcoholemia, que dieron positivas, además de observar aquéllos que «presentaba aliento alcohólico, respiración débil y profunda, rostro rubicundo, habla repetitiva y confusa, conducta grosera, agresiva y eufórica, equilibrio balanceante y oscilante y mala coordinación manual». El juez de lo Penal lo condenó a una multa de doce meses, con una cuota diaria de seis euros por un delito contra la seguridad del tráfico.
«Conducta grosera»
En su recurso ante la Audiencia Provincial, el agente de la Benemérita expuso, entre otras alegaciones, que los hechos respondían a la animadversión de uno de los policías locales actuantes por una actuación de la Guardia Civil de varios años atrás contra aquél. La Sala afirma que «en esa actuación, la Guardia Civil no intervino por su propia iniciativa o en actuación policial directa, sino que se limitó a tramitar una denuncia presentada por un hermano de uno de los agentes de la Policía Local de Molina de Segura, siendo además, de un puesto distinto al que pertenece el acusado».
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