Un centenar de socios del Club de Senderismo Portazgo de Cieza aprovechan el abundante caudal del río para descender sus aguas en balsas y refrescarse con las altas temperaturas, mientras disfrutan de unos doce kilómetros de navegación
CLAUDIO CABALLERO/ La Opinión
A su paso por la Vega Alta, el río Segura ofrece multitud de posibilidades de ocio y diversión que están al alcance de cualquiera. Muchas asociaciones deportivas de Cieza, Calasparra, Abarán y Blanca aprovechan el abundante caudal para pasar un buen rato entre las aguas y, de paso, mitigar el fuerte calor que hace estos días.
Y esa es la manera que desde hace ya unos años el Club de Senderismo Portazgo de Cieza despide una temporada repleta de contacto con la naturaleza. Un centenar de socios volvieron ayer a echar a andar desde la ciudad hasta la playa de Los Álamos, unos ocho kilómetros a pie que sirvieron para entrar en calor. Una vez en el Segura, los integrantes del club, y de la mano del grupo de expertos en actividades acuáticas de Avensur, montaron en las balsas neumáticas para comenzar con la parte más aventurera de la mañana. Durante los 12 kilómetros de navegación hubo tiempo para el sosiego y la relajación con la vista puesta en parajes de singular belleza como la Presa, el Paseo Ribereño o la Atalaya, pero también para la aventura en lugares como la Presa del Menjú, donde el desnivel existente columpiaron a los navegantes entre las aguas. Después, los participantes se dejaron llevar por la corriente del viejo Thader hasta llegar al parque de Abarán, donde un pequeño refrigerio gastronómico les aguardaba.
El Portazgo nació la pasada década con el propósito de animar a los vecinos de Cieza a que se aficionaran a la sana costumbre de practicar el senderismo. Pronto, las excursiones locales fueron complementadas con otras en otros lugares de las provincias de Murcia y Alicante, dando lugar a un extenso programa que abarca de octubre a junio.
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