domingo, 25 de octubre de 2009

El Casino levanta la persiana el 5 de noviembre tras cuatro años de reformas


La Verdad

Preparan dos fiestas de inauguración, una de ellas exclusiva para sus 1.300 socios Ya no acogerá celebraciones el Salón de los Espejos, que se podrá visitar parcialmente
Las 'peceras': Totalmente renovadas, una de ellas será de exclusivo socio de los socios y la otra se podrá visitar. /R. FRANCÉS/AGM
Salón de los espejos: El presidente del Casino, Juan Antonio Megías (d) muestra al alcalde cómo ha quedado. /RAFA FRANCÉS/AGM
Patio Pompeyano: Esculturas, columnas, zócalos y cristaleras lucen de forma espléndida. /RAFA FRANCÉS/AGM
Comedor: Era uno de los salones más deteriorados, pero se ha logrado recuperar incluso el techo original. /R. FRANCÉS/AGM
Al detalle: Pasaje central y, al fondo, el patio árabe, donde aún no se ha retirado el andamio./RAFA FRANCÉS/AGM
El tocador de señoras: Podrá ser visitado por los turistas, pero ya no se usará como aseo para preservarlo./ R. FRANCÉS/AGM

No ha sido la obra de El Escorial, pero casi. Después de cuatro años de obras a puerta cerrada, el Casino de Murcia, el edificio civil más emblemático de la ciudad, está a punto de levantar la persiana y desvelar la joya que encierra. La reapertura está prevista para el próximo jueves, 5 de noviembre, a las 7 de la tarde, momento en que el alcalde, Miguel Ángel Cámara, que ha impulsado la rehabilitación merced a las plusvalías de un convenio urbanístico con el que se han obtenido los más de 10 millones de euros para financiar las obras, traspasará el umbral de la puerta principal en la calle Trapería. Acto seguido se iluminará el hermoso patio árabe, más embellecido aún tras las obras de rehabilitación, así como el resto de pasajes y patios que harán brillar con luz propia la joya arquitectónica que ha sido pulida para que refleje sus más hermosos destellos.
Al día siguiente, los socios del Casino, (que ahora son 1.300, 700 más que hace cuatro años merced a la campaña emprendida por su presidente, Juan Antonio Megías, para incrementar y, de paso, rejuvenecer, su masa social) tendrán su propia fiesta de inauguración, más que merecida, después de haber estado privados de su club social durante tan largo espacio de tiempo.
Cerrado en 2005
Fue el 31 de diciembre del 2005 cuando la persiana de la puerta principal del Casino de Murcia se bajó para un periodo que debía rondar los 18 meses. Varios desprendimientos, manchas de humedad, grietas... reclamaban a gritos una rehabilitación. Pero aún era peor. Conforme se escarbaba en el interior del inmueble, los técnicos y especialistas, encabezados por el arquitecto Juan Carlos Cartagena, constataron que la realidad superaba sus previsiones iniciales.
Desde la cimentación al sistema eléctrico, la obra civil previa a la decorativa, con la rehabilitación de los elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos, ha incluido la instalación de sistemas de climatización y equipos contra incendios, además de tres ascensores. El edificio será totalmente accesible para personas discapacitadas. Se ha construido una rampa en la puerta lateral que da a Parlamento bar y en el interior se ha optado por salvar los escalones de forma mecánica, con un aparato capaz de alzar y descender las sillas de rueda. Un moderno sistema de domotización permirá encender, apagar y regular luces y persianas y detectar cualquier incidencia desde un ordenador y pulsando un simple botón en un cuadro de mando. Tampoco podía faltar la zona wifi y de Internet para socios.
El mérito de esta rehabilitación, como indica Juan Antonio Megías, ha sido remodelar un inmueble del siglo XIX (el Casino se fundó el 13 de junio de 1847) para convertirlo en un edificio del siglo XXI conservando todo su sabor añejo. Así, se han podido recobrar piezas que se daban por perdidas, como el techo del comedor. Megías explica que gracias a una pequeña pieza que apareció arrumbada y con ayuda de una fotografía se ha podido reconstruir como si fuera un puzzle. La biblioteca, el patio árabe, los salones de juegos para socios, los despachos... relucen tras el laborioso proceso de remodelación.

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