Más de 170 integrantes de kábilas y mesnadas intervinieron en la representación
M. DE LA VIEJA MURCIA / la Verdad
M. DE LA VIEJA MURCIA / la Verdad
La representación de la embajada de Entrega de llaves de la ciudad al rey Alfonso X, contó ayer con la intervención de 172 personas. La lluvia no pudo con la obra, según texto de Juan José Capel, que cobró vida en la plaza de Belluga, bajo la dirección de Joaquín Lisón.
Numeroso público, aparte de los propios festeros, siguieron el hilo de la historia que narra cómo el rey Aben Hud, representado por Raúl Lujan, entregó las llaves de la ciudad de Murcia al entonces Infante don Alfonso, representado por Javier Arenas, de forma pacífica, tras los pactos establecidos.
El público quedó atrapado por la excelente representación que los miembros de kábilas y mesnadas realizaron. Aparte de los personajes principales, intervinieron representantes de las ocho kábilas y de las siete mesnadas que integran la Federación de Moros y Cristianos.
Muy bonito resultó el lamento por la pérdida de la ciudad, que realizó Ángel Belmonte en su papel de embajador del rey Aben Hud. El público se emocionó cuando con voz casi quebrada por la emoción, el embajador va describiendo la belleza de los jardines de Murcia, sus fuentes, el vergel de su huerta y clama de dolor por tener que entregarla.
Especial emotividad tuvo el acto final, cuando el rey Aben Hud, intenta clavar la rodilla en tierra, como muestra de sumisión al rey cristiano, y Alfonso X dando muestras de su generosidad, le estrechó entre sus brazos y le impidió el gesto de pleitesía, declamando bellas palabras de amistad.
También se representó la llegada de la antigua patrona de la ciudad, Nuestra Señora de la Arrixaca, a lomos de un caballo, y la entrada triunfal del rey Alfonso X en la ciudad.
Tras la representación, volvió a organizarse el desfile, con la imagen de La Arrixaca, para finalizar todos en el Campamento Medieval de los jardines del Malecón, donde siguió a fiesta hasta la madrugada.
Numeroso público, aparte de los propios festeros, siguieron el hilo de la historia que narra cómo el rey Aben Hud, representado por Raúl Lujan, entregó las llaves de la ciudad de Murcia al entonces Infante don Alfonso, representado por Javier Arenas, de forma pacífica, tras los pactos establecidos.
El público quedó atrapado por la excelente representación que los miembros de kábilas y mesnadas realizaron. Aparte de los personajes principales, intervinieron representantes de las ocho kábilas y de las siete mesnadas que integran la Federación de Moros y Cristianos.
Muy bonito resultó el lamento por la pérdida de la ciudad, que realizó Ángel Belmonte en su papel de embajador del rey Aben Hud. El público se emocionó cuando con voz casi quebrada por la emoción, el embajador va describiendo la belleza de los jardines de Murcia, sus fuentes, el vergel de su huerta y clama de dolor por tener que entregarla.
Especial emotividad tuvo el acto final, cuando el rey Aben Hud, intenta clavar la rodilla en tierra, como muestra de sumisión al rey cristiano, y Alfonso X dando muestras de su generosidad, le estrechó entre sus brazos y le impidió el gesto de pleitesía, declamando bellas palabras de amistad.
También se representó la llegada de la antigua patrona de la ciudad, Nuestra Señora de la Arrixaca, a lomos de un caballo, y la entrada triunfal del rey Alfonso X en la ciudad.
Tras la representación, volvió a organizarse el desfile, con la imagen de La Arrixaca, para finalizar todos en el Campamento Medieval de los jardines del Malecón, donde siguió a fiesta hasta la madrugada.
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