domingo, 30 de agosto de 2009

MURCIA/ Los taxistas alertan de que la crisis dispara el intrusismo en San Andrés


Piden más presencia policial en la estación de autobuses para frenar los taxistas 'piratas'
30.08.09 -
A. NEGRE MURCIA / la Verdad

Se mueven con rapidez. El pie del cliente aún no ha tocado el suelo de la estación cuando ya le están susurrando la oferta. Es suculenta. Uno puede llegar a ahorrarse 15 o 20 euros en un trayecto largo. No hay grandes gastos pero tampoco garantías. La estación de autobuses de San Andrés, como la de otras tantas localidades, oculta cada día a más de veinte taxistas ilegales. La crisis ha disparado su negocio.
«Cada día tenemos menos viajes largos y los que hay se los llevan ellos, que encima no pagan impuestos». Los taxistas de la estación prefieren ocultar su nombre, pero no su indignación y enfado ante el fenómeno de los taxistas piratas. Una realidad que se ha disparado con la crisis y que cada día les golpea más fuerte. «Los inmigrantes y los que están jodidos económicamente ven en esto una forma de ahorrarse unos euros», explica resignado uno de estos conductores.
Las ofertas de estos falsos taxistas no suele girar en torno a trayectos por la ciudad, sino a viajes a otras localidades. Ahí es donde sacan más dinero. «A veces le ofrecen a los clientes compartir un coche con más personas», relata un profesional. «Lo que ocurre es que si le cobran a cada cliente veinte euros por llevarlos a Cartagena, al final sacan más dinero por el trayecto que el que sacaríamos nosotros».
El modus operandi de estos falsos taxistas, principalmente de nacionalidad marroquí, es sencillo. Basta con observar la llegada de cualquiera de los cientos de autobuses que cada día hacen su parada en la estación murciana para percatarse de sus movimientos. «Hay unos, a los que nosotros conocemos como los jóvenes, que captan al cliente dentro de la estación», explican los principales afectados. «Una vez apalabrado un precio se llevan a la gente a buscar el coche». El entresijo de calles de San Andrés les sirve de aparcamiento. «Ese es su escondrijo porque allí todos se conocen».
El cliente, sin embargo, no confía siempre en esta opción. «A veces nos mandan a la gente para que les demos un precio y luego ellos les rebajan diez o quince euros». El sector advierte sobre los riesgos que puede correr el usuario de estos servicios. «La mayoría no tienen seguro por lo que si tienen un accidente, ¿dónde van a ir a reclamar», se pregunta un taxista. «También ha habido alguno que le ha robado al cliente».
La Policía Local, sin embargo, asegura que la mayoría de estos piratas tiene toda su documentación en regla. «Suelen tener sus papeles, permiso de conducir y seguro en regla porque saben que si no la infracción iría a más», explica un portavoz de la Policía Local.
Duros enfrentamientos
La crisis, aparte de avivar este negocio ilícito, hace la situación más tensa. Pese a que los taxistas llevan años asistiendo a esta competencia desleal es precisamente ahora, cuando los trayectos escasean, cuando surgen los enfrentamientos. «Ya hemos tenido varios enganchones con ellos», confiesa uno de estos trabajadores. «Nos han llegado hasta a sacar navajas. Aquí algún día pasará algo».
Una mayor presencia policial podría, según el sector, evitar muchos de estos problemas. «Aquí tendría que haber una patrulla como en todas las estaciones», explican. «Sólo hay un guardia jurado para toda la estación y no da abasto».
El secretario general de la Federación del Taxi de la Región, José Corbalán, cree que éste es un problema «sin resolver y de difícil resolución». La falta de medios impide, según Corbalán, que la Administración pueda luchar efectivamente contra esta lacra, más allá de las campañas puntuales que realiza. La investigación de estos casos de intrusismo es compleja porque es preciso demostrar que se está produciendo una contraprestación económica entre el taxista pirata y su cliente. «Si no hay cobro, no hay prueba», explican desde la federación. «El brazo de la ley, en este caso, es corto», explica.
Corbalán coincide con sus compañeros de San Andrés en señalar el riesgo que esta práctica supone para el cliente. «Cualquier día ocurrirá una desgracia», alerta. Los automóviles que utilizan estos taxistas ilegales, muchos de ellos sin carnés de conducir legales en España, no pasan regularmente la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y muchos de ellos no tienen seguro, según precisan desde la federación. «Esto es como el Guadiana, surge y resurge, pero no se elimina».

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