Como alternativa se podrá utilizar la piscina deportiva del pabellón de San Antonio y las de las pedanías de Zarcilla y La Parroquia
Las piscinas de Torrecilla no se podrán abrir porque los vasos se han agrietado y hay fugas
Será un verano extraño. Un verano sin chapuzón para los miles de lorquinos que utilizaban habitualmente las piscinas municipales de Torrecilla para refrescarse durante los meses de julio y agosto. No puede haber chapuzón porque los vasos han sufrido daños severos como consecuencia de los terremotos. Están agrietados y se están produciendo filtraciones de agua. «Es imposible abrir las instalaciones porque tienen que someterse a un proceso de reforma que aún no sabemos cuanto tiempo durará», comentó ayer el concejal de Deportes, Francisco Montiel.
Como alternativa, se ofrece a los usuarios la piscina deportiva y cubierta del pabellón de San Antonio. «Va a estar abierto todo el verano, al igual que invito a los lorquinos que habitualmente acudían a la Torrecilla con sus familias a que se trasladen a las piscinas recreativas de las pedanías de Zarcilla de Ramos y La Parroquia. Ambas se abrirán al público el próximo 2 de julio en horario de 14 a 20 horas de martes a domingo», añadió Montiel.
También estará abierto todo el verano el pabellón de San José, que fue el primero en entrar en funcionamiento tras los terremotos del pasado 11 de mayo. No correrá la misma suerte el de las Alamedas que no podrá volver a utilizarse hasta el próximo mes de octubre, una vez que finalicen los trabajos de rehabilitación que hay que llevar a cabo en su interior. Todos los cursos que se estaban desarrollando en estas instalaciones quedaron suspendidos el mismo día de los seísmos. «Afortunadamente, tras el primer terremoto se pudieron desalojar los edificios y cuando se produjo el segundo aún estaba la gente fuera a la espera de que se decidiera si se volvía a permitir la entrada».
Embargada también se encuentra la ciudad deportiva de Torrecilla que no podrá reabrirse hasta que no se desmonte el campamento en el que aún habitan más de 300 personas que tuvieron que ser acogidas tras los terremotos. Muy cerca de allí, en el estadio Francisco Artés Carrasco, también se han producido daños en el césped y en una de las estructuras del graderío que se ha desplazado por los movimientos de tierra.
En las inmediaciones también está afectado el edificio del Centro de Alto Rendimiento de voleibol que se construye junto al tanatorio Blaymar. El inmueble estaba en fase de ejecución y los trabajos de construcción se encontraban en su ecuador. «Desgraciadamente sí se ha visto afectado y hace unos días lo visitamos con el presidente de la Federación. Solo un pilar de la estructura está dañado, pero la tabiquería ha sufrido bastante», comentaba Francisco Montiel que adelantó que para otoño podría estar concluido.
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