Una juez le impone una multa de 540 euros y fija 290.000 euros de indemnización para las víctimas del accidente que se produjo en Villena en el año 2006
20.06.11 - 01:07 - Desde aquel fatídico 28 de enero de 2006 no ha vuelto a caer una nevada tan copiosa y en cotas tan bajas en la provincia de Alicante. Desde ese aciago día de perros tampoco se ha registrado un accidente de tráfico de esa magnitud. Cinco años y medio después, una sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Villena ha cerrado un trágico episodio que vistió de luto a la población de Alcantarilla. Cinco de sus vecinas fallecieron y otras 35 resultaron heridas de diversa consideración.
La juez Gloria Lobato de Abajo acaba de hacer responsable de una de esas muertes y de las graves lesiones y secuelas sufridas por otras cuatro víctimas al chófer del autobús que las trasladaba hasta el complejo de vacaciones Marina d'Or, en Oropesa del Mar (Castellón).
La resolución, a la que ha tenido acceso este diario a través del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), conlleva la condena de Pedro Francisco S.A. por una falta de lesiones por imprudencia leve y otra de homicidio por imprudencia.
El conductor tendrá que pagar una multa de 540 euros y no podrá ponerse al volante de otro autocar ni de ningún vehículo a motor durante dos años. Además, la aseguradora Mercurio S.A. y el Consorcio de Compensación de Seguros tendrán que satisfacer resarcir a las víctimas y a la hija de la fallecida con un cantidad total cercana a los 290.000 euros.
De esa indemnización ha sido nombrada responsable civil subsidiaria la mercantil propietaria del autobús, Autocares Torre Alta.
El juicio se celebró el pasado mes de diciembre y se ciñó únicamente a cinco perjudicadas del accidente, ya que las demás llegaron a un acuerdo con la aseguradora y renunciaron a la vía penal tras cobrar sus respectivas indemnizaciones.
La juez Lobato dictó sentencia el pasado 20 de mayo, que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial. En ella, la magistrada de Villena alcanza la convicción de que Pedro Francisco S.A. manejó de forma negligente el autobús Scania K1141B por la autovía A-31, en sentido Almansa (Albacete).
El atestado elaborado por los especialistas de la Guardia Civil es tajante. La velocidad a la que conducía el chófer era inadecuada a las circunstancias de la vía, pues la calzada estaba totalmente cubierta por la nieve, y el vehículo se escapó a su control cuando adelantaba a un coche. Eran las 8.36 de la mañana y el autobús acabó saliéndose de la carretera en el kilómetro 49,350 y volcando por el margen derecho tras colisionar contra un talud.
La tragedia fue mayúscula. Cinco mujeres perecieron, dos de ellas en el acto y las otras tres en el hospital de Elda, como consecuencia de los traumatismos sufridos tras el impacto. Además, 35 pasajeras resultaron heridas.
Hospital de campaña
El accidente obligó a establecer un hospital de campaña en el pabellón polideportivo municipal de Villena, donde se sucedieron escenas de nerviosismo y dolor. Un equipo de psicólogos se desplazó hasta la capital de la comarca del Alto Vinalopó para atender a los afectados.
Los familiares de las víctimas, jubiladas y viudas que en su mayoría formaban parte de una asociación de Alcantarilla, comenzaron a llegar en vehículos particulares, mientras voluntarios de Cruz Roja repartían comida y mantas. El escenario era dantesco: desesperación y lágrimas en medio de una estampa típicamente navideña. El centro de salud local acabó desbordado.
El fallo judicial dictado hace escasas semanas es el epílogo de una tragedia que acabará constando en las estadísticas de la Dirección General de Tráfico como uno de las más negras de la historia reciente en las carreteras españolas.
Una imprudencia y cinco muertes en un día de perros que dejarán una cicatriz indeleble en la historia de Alcantarilla.
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