domingo, 19 de julio de 2009

MURCIA/ Hotel para plagas

Murcia/ La Verdad


El Ayuntamiento reconoce que la capital «es un caldo de cultivo» para ratas y cucarachas
Casi un millón de euros sale al año de las arcas públicas para financiar esta 'guerra' sin fin
Si usted va paseando por la calle y le cae algo de una palmera, puede ser un dátil o una hoja, pero también una rata. Las diferentes actuaciones que los Servicios Municipales de Salud llevan a cabo con regularidad en el subsuelo de la capital están provocando que algunas especies de estos múridos, como la rata de los tejados, abandonen las alcantarillas y busquen refugios en los árboles. Sobre todo en las palmeras, en la parte donde empieza la copa, que supone un cobijo excepcional para estos animales y donde se complica el tratamiento de desratización. Pese a todo, no se asuste. Es muy posible que sea un dátil, porque los Servicios Municipales de Salud ya están actuando también en altura, cerrando completamente las zonas de las palmeras donde se puede esconder las ratas. Respire, los paseos por sus rincones favoritos de la ciudad siguen estando a salvo.
La guerra sin cuartel y sin fin contra ratas, cucarachas y demás plagas, que le supone al Consistorio un gasto casi un millón de euros al año, no cesa ni un sólo día. «El entorno de huerta, los solares y viviendas abandonadas, la temperatura y la humedad forman un conjunto de factores que convierte a Murcia un caldo de cultivo excepcional para la proliferación de plagas», según el jefe de los Servicios Municipales de Salud, Eduardo González. Martínez-Lacuesta. Una especie de hotel soñado por bichos de toda condición. Por eso, el tratamiento de plagas urbanas se realiza durante todo el año. Sin descanso. Sin fin. Y los riesgos que supone el no hacerlo no son pocos.
Las plagas a las que se enfrentan a diario este auténtico ejército antibichos dañan estructuras y objetos, contaminan alimentos y en ocasiones comportan grandes pérdidas económicas. Pueden ocasionar alergias y picaduras y provocar enfermedades, ya que algunas plagas son vectores directos de organismos causantes de enfermedades o transmiten microorganismos patógenos. Pero la cosa no se queda ahí. Según asegura Eduardo González a La Verdad, «alteran la calidad de vida, ya que pueden provocar estrés psicológico, vergüenza o rechazo social, y comportar pérdidas económicas a causa de una mala imagen social». Casi nada.
¿Cómo se combate?
Las medidas que utiliza el Ayuntamiento de Murcia para el control de plagas se dividen en dos: las preventivas y las de control activo. Para las primeras, hay cuatro tipos de actuación: modificar las condiciones ambientales de los focos; modificar estructurales para evitar la entrada de plagas del exterior; mejorar la limpieza y el saneamiento del interior del centro y de los alrededores y modificar los hábitos de los ciudadanos para evitar la plaga. En cuanto a las medidas de control activo, el Servicio de Salud aplica cinco: medidas correctoras; métodos mecánicos, métodos físicos, control biológico y métodos químicos. Es decir, desde las trampas hasta los gases tóxicos. Para elegir la correcta, el Servicio valora la menos peligrosa para la salud humana, la mejor adaptada a las condiciones y la problemática correcta, la que prevenga la recurrencia de la plaga y la que sea más segura, efectiva y fácil de llevar a cabo y la que tenga mejor relación coste-efectividad. En el caso de elegir medidas químicas, se deben seguir criterios específicos.
Al cabo del año, el Servicio que dirige Eduardo González realiza más de 40.000 registros de alcantarilla y los datos se recogen en el programa informático con el que cuenta desde hace pocos meses la Concejalía de Sanidad, lo que ayuda a mantener cierto control de la situación del subsuelo del municipio, incluídas sus pedanías.
Aunque no todo son ratas o cucarachas. Según el jefe del Servicio Municipal de Salud, este año ha sorprendido «una presencia inusual de avispas. Parece ser consecuencia del poco tiempo que ha pasado entre el frío del invierno y el calor del verano».
'Puntos calientes'
Cuando una zona concreta tiene más de dos o tres incidencias al año (por incidencia se entiende una llamada de un vecino), se puede considerar a esa zona como punto caliente en cuanto a la presencia de plagas. Los barrios más repetidos en los esquemas de tratamiento de los Servicios de Salud son Santa Eulalia, Vistabella, La Fama o La Paz, pero hay algunos más. Pero, además de la temperatura, los solares abandonados y la humedad, González reconoció ayer que «muchas denuncias vecinales coinciden con obras de renovación de aceras, de calles, etc., lo que demuestra que cuando se remueve la superficie del suelo, las ratas salen a la superficie. Las cucarachas lo hacen también, pero sólo cuando van a morir». Es decir, si un vecino ve más cucarachas de lo normal, es porque se ha tratado esa zona y las cucarachas huyen, pero ya envenenadas y con pocos minutos de vida por delante.
La colaboración de los vecinos es fundamental para mantener a raya a estos molestos habitantes del subsuelo. Según el jefe de los Servicios Municipales de Salud, «un ciudadano no descuelga el teléfono y llama si no hay un verdadero problema. Por eso, el Servicio tiene habilitado un sistema que permite dar una respuesta al ciudadano en un máximo de 48 horas». No tema. Está seguro.

No hay comentarios: