Investigan quién dejó hace un mes en plena calle Mayor del barrio una botella de THT, el aditivo que permite oler el gas en caso de escape
20.05.10 - 01:25 - J. A. G. CARTAGENA. / La Verdad
20.05.10 - 01:25 - J. A. G. CARTAGENA. / La Verdad
La Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad Autónoma ha descartado que el fuerte olor que alertó el pasado 16 de abril a los vecinos de Cartagena fuera gas. Ha asegurado que era THT (Tetrahidrotiofeno o sulfuro de tetrametileno), un producto químico utilizado para hacer que el gas deje de ser inoloro y pueda ser detectado fácilmente en caso de accidente. La investigación oficial sitúa el origen del escape del citado odorizante industrial en un bidón abandonado en una cuneta de la calle Mayor de Vista Alegre.
Un mes después de que los cartageneros colapsaran aquel sábado por la noche las centralitas del Centro Regional de Coordinación de Emergencias (el 112) y el Parque Municipal de Seguridad con un millar de llamadas de alerta por el fuerte olor a lo que parecía gas, Industria dio ayer una explicación que apunta a una manipulación negligente o un robo.
Los técnicos regionales y municipales no hallaron aquel día pistas que aclararan el suceso cuando consultaron con las compañías del Valle de Escombreras y con las empresas suministradoras de gas en Cartagena.
Las mediciones de gas dieron negativo en los controles realizados en la Alameda San Antón, la calle Trafalgar, la calle Ramón y Cajal, el Paseo de Alfonso XIII, la Avenida Pintor Portela, la Ronda Ciudad de La Unión, la carretera de Barrio de Peral, la barriada Virgen de la Caridad y la calle Muralla del Mar.
Un código de barras
Sin embargo, el 1 de mayo los bomberos de la ciudad recibieron la llamada de un ciudadano que les informaba de que había encontrado un botellón con capacidad para 204 litros del odorizante de gas THT en Vista Alegre.
Los bomberos comprobaron que el bidón estaba ya vacío y lo enviaron a Industria. Ahora, los técnicos de la Comunidad están llevando a cabo un análisis de la trazabilidad, del producto; es decir, del camino seguido por el recipiente.
«La distribución de las bombonas de este aditivo usado para dar olor a los gases derivados del petróleo, como el gas natural y el butano, está sometida a un control de etiquetado. Hay un código de barras que permite saber el origen del producto y por dónde ha pasado. Así, se puede conocer si ha habido una negligencia en la manipulación, ha habido un robo u otras circunstancias», dijo un portavoz de la Consejería de Industria.
Éste advirtió de que es un líquido que sólo puede ser manejado por expertos bajo ciertas condiciones reguladas por la ley, ya que entre otras cosas es una aditivo inflamable. Industria no concretó las posibles sanciones para el responsable de lo ocurrido.
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