El Real Murcia, con más efectividad que buen juego, goleó al Celta de Vigo y, aunque sigue en puestos de descenso a Segunda B, se acerca al objetivo de la permanencia, que ahora tiene a dos puntos a falta de tres jornadas para que acabe la Liga
EFE.- / La Verdad
El Real Murcia, con más efectividad que buen juego, goleó al Celta de Vigo y, aunque sigue en puestos de descenso a Segunda B, se acerca al objetivo de la permanencia, que ahora tiene a dos puntos a falta de tres jornadas para que acabe la Liga.
El conjunto grana, que puso fin a una racha de ocho encuentros seguidos sin ganar, necesitaba urgentemente el triunfo y lo logró ante un rival que dio las facilidades necesarias para allanar el trabajo de los de José González, que sólo había sido capaz de vencer tres de los 19 partidos que había disputado como local en esta Liga.
El encuentro comenzó de la mejor manera posible para el Murcia. Una mala cesión de Noguerol a Yoel fue aprovechada por Chando, quien, de vaselina, superó al meta del Celta y estableció el 1-0.
El propio Chando pudo hacer el segundo tanto local pero remató a las manos de Yoel y el cuadro gallego tuvo el empate en su mano en una opción marrada por Dani Ábalo tras un fallo garrafal de Iñaki Bea.
El equipo grana tenía la tarde y Bruno, al ejecutar una falta directa, amplió la ventaja local, quedando el encuentro sentenciado antes del descanso cuando Chando hizo el 3-0 alojando el balón en la portería viguesa después de que tocase en el larguero.
En la reanudación, después de una ocasión desperdiciada por Dani Aquino ante Yoel, el conjunto dirigido por Eusebio Sacristán estiró líneas y llegó a encerrar a su rival en su parcela defensiva.
Trashorras rondó el gol con un disparo lejano ante el que respondió Alberto y poco después Túñez, de cabeza al rematar un córner, acortó distancias.
Quedaba media hora por delante y el Murcia, fiel a su estilo, sufrió. Papadopoulos pudo llevar la agonía a las gradas, pero remató dos veces fuera y sólo al final Kike redondeó el triunfo local marcando con una gran volea.
El Real Murcia, con más efectividad que buen juego, goleó al Celta de Vigo y, aunque sigue en puestos de descenso a Segunda B, se acerca al objetivo de la permanencia, que ahora tiene a dos puntos a falta de tres jornadas para que acabe la Liga.
El conjunto grana, que puso fin a una racha de ocho encuentros seguidos sin ganar, necesitaba urgentemente el triunfo y lo logró ante un rival que dio las facilidades necesarias para allanar el trabajo de los de José González, que sólo había sido capaz de vencer tres de los 19 partidos que había disputado como local en esta Liga.
El encuentro comenzó de la mejor manera posible para el Murcia. Una mala cesión de Noguerol a Yoel fue aprovechada por Chando, quien, de vaselina, superó al meta del Celta y estableció el 1-0.
El propio Chando pudo hacer el segundo tanto local pero remató a las manos de Yoel y el cuadro gallego tuvo el empate en su mano en una opción marrada por Dani Ábalo tras un fallo garrafal de Iñaki Bea.
El equipo grana tenía la tarde y Bruno, al ejecutar una falta directa, amplió la ventaja local, quedando el encuentro sentenciado antes del descanso cuando Chando hizo el 3-0 alojando el balón en la portería viguesa después de que tocase en el larguero.
En la reanudación, después de una ocasión desperdiciada por Dani Aquino ante Yoel, el conjunto dirigido por Eusebio Sacristán estiró líneas y llegó a encerrar a su rival en su parcela defensiva.
Trashorras rondó el gol con un disparo lejano ante el que respondió Alberto y poco después Túñez, de cabeza al rematar un córner, acortó distancias.
Quedaba media hora por delante y el Murcia, fiel a su estilo, sufrió. Papadopoulos pudo llevar la agonía a las gradas, pero remató dos veces fuera y sólo al final Kike redondeó el triunfo local marcando con una gran volea.
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