sábado, 4 de julio de 2009

MOLINA/ 35 intoxicados tras una cena de fin de curso en un local sin licencia de apertura

El dueño del restaurante Creciente en La Polvorista afirma que la causa pudo ser la mezcla de «alcohol y guindillas»
SERGIO GALLEGO MOLINA/ La Verdad
La fiesta de fin de curso del IES Francisco de Goya, celebrada la semana pasada y a la que acudieron 122 personas, no tuvo el final que profesores y alumnos habían esperado. La celebración, que tuvo lugar en el bar-restaurante Creciente, situado en el Polígono La Polvorista de Molina de Segura, se saldó con un total de 35 enfermos con claros síntomas de intoxicación: fiebre y cuadros gastrointestinales con diarreas y vómitos.
El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Sanidad, se ha puesto en marcha y ha incoado expediente sancionador y de cese de actividad al local por carecer de Licencia Municipal de Apertura y Autorización Sanitaria para llevar a cabo celebraciones.
Tras las pertinentes inspecciones sanitarias, el ayuntamiento de Molina de Segura ya ha informado al gerente del bar-restaurante Creciente de que las irregularidades que tiene el local son la falta de un termómetro en la vitrina expositora, la de un pedal en el cubo de basura, el mal almacenamiento de productos como patatas, y tener congelados alimentos ya cocinados. Además de carecer de Licencia Municipal de Apertura y Autorización Sanitaria para llevar a cabo celebraciones.
Por su parte, la Consejería de Sanidad ha realizado un informe en el que ha detectado la ausencia de autorización sanitaria, materias primas congeladas sin etiquetar y la no realización de autocontrol de alimentos. «Las licencias las tengo en trámite, el resto son pequeños detalles que ya están solucionados», afirmó el gerente.
Los técnicos de Sanidad también han pedido una muestra de heces a la cocinera y a la camarera del local, para descartar que las trabajadoras sean portadoras de algún virus bacteriano.
62 botellas de rosado
El gerente del restaurante, Ramón García, ha asegurado que las causas que han afectado a los enfermos no se deben a los productos del menú que se sirvió en la cena, el cual está siendo estudiado y analizado por la Consejería de Sanidad. «Se consumieron 62 botellas de vino rosado y la mezcla de alcohol y guindillas puede haber causado la gastroenteritis y la fiebre. Otra posibilidad es que haya habido un contagio bacteriano masivo. Según un técnico, los productos del menú que se ofreció están en perfecto estado a falta de analizar el postre. Aunque puedo asegurar que la tarta que ofrecimos no la comieron más de tres personas, por lo que tampoco la tarta es el motivo», aseguró.
El director del centro de enseñanza, Juan García, asegura que no le dio importancia a los síntomas que él mismo padeció hasta su vuelta al trabajo, ya que fue allí donde pusieron en común profesores y alumnos los síntomas sufridos tras la cena. «Los alumnos han intentado ir descartando qué producto ha podido ser el causante, pero no hemos llegado a ninguna conclusión. Espero que no quede rastro del producto que nos ha ocasionado la intoxicación», afirmó.

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