Las investigaciones de la Policía se amplían y no descartan la implicación de una banda organizada
CLAUDIO CABALLERO/ La Opinión
La Policía Judicial cree que en el momento en el que se produjo la muerte de Francisco Lozano Puche, el vendedor de golosinas de Cieza que fue asesinado en su casa el pasado viernes 21, había más de tres personas en el interior de la vivienda. Son algunas de las hipótesis a las que habría llegado la Benemérita tras las investigaciones que lleva a cabo desde que se produjeron los hechos.
Además, las investigaciones ya no apuntan sólo a delincuentes comunes de Cieza, sino que se siguen ampliando para no descartar la implicación de alguna banda organizada de delincuentes.
Los hechos se produjeron el pasado 21 de septiembre, cuando el cuerpo de Francisco Lozano fue hallado sin vida por su hermano en el interior de su casa de la ciezana calle Cadenas. Las investigaciones se prolongaron durante varias horas, hallándose claros síntomas de violencia en el cuerpo del fallecido. Aunque el juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Cieza decretó el secreto del sumario, ha trascendido que al desafortunado vendedor le presionaron para que, presumiblemente, confesara dónde guardaba el dinero de la tienda. Para ello, sus verdugos podrían haberle pinchado con un arma blanca en el cuello y en una mano. Cuando fue encontrado, Francisco Lozano tenía una cuerda mojada rodeada al cuello y las primeras estimaciones policiales hacían referencia a que había sido asfixiado.
La Guardia Civil cree que lo que en un principio iba a ser un simple robo se le fue de las manos a sus autores.
Continúa la conmoción vecinal
A pesar de que ya ha pasado más de una semana desde que Paco el del quiosco fue encontrado muerto, la rabia y consternación entre los vecinos del barrio sigue siendo latente. «Se le echa mucho de menos, porque siempre estaba ahí, contento. Aún no nos hacemos a la idea de lo que ha pasado», relataba una de las vecinas, Carmen, mientras observaba el ramo de flores y las velas que alguien ha depositado a las puertas del quiosco.
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