Directores, autores, actores y productores denuncian la falta de transparencia en la rehabilitación y piden soluciones al enredo
17.11.11 - 01:03 -
MANUEL MADRID | MURCIA./ la Verdad
El mundo de la escena no entiende, como el resto de mortales, lo que pasa con el Romea cuatro años después de su clausura con la excusa de rehabilitar cubiertas y fachadas. Las compañías consultadas por 'La Verdad' consideran que es el momento de que los murcianos disfruten de un edificio tan notable, pero la decisión de la unión temporal de empresas adjudicataria de la tercera fase, Azuche 88 y Trimtor, de no entregar el teatro al Ayuntamiento por discrepancias con los técnicos municipales ha caído como un jarro de agua fría en un sector que espera con ansias resucitar con la reapertura de uno de los escenarios de referencia de España.
«Es una pena de las grandes», «¡pero qué vergüenza!», «ojalá que no se alargue más y anuncien ya una fecha», «entre todos lo mataron y él solo solo se murió», «qué guerra más lamentable»... la percepción de las compañías no puede ser más funesta. Fulgencio Martínez-Lax, profesor de la Escuela de Arte Dramático, confirma que el colectivo de autores, actores, directores y productores está dolido porque las obras se estén eternizando sin conocer con exactitud dónde está verdaderamente el problema y de quién es la responsabilidad. «A mí, como ciudadano, me duele que el Romea siga cerrado», dice Martínez-Lax. «La queja es bastante generalizada y creo que tenemos que tomárnoslo como una autocrítica. Hemos guardado silencio respetando el trabajo de los técnicos, pero después de 4 años lo que Murcia necesita es que reabra este espacio espléndido ya modernizado».
El director de la compañía La Ruta, Juan Pedro Campoy, entiende que privar a una ciudad de un servicio cultural sin alternativas nunca es bueno y califica de «exagerado» el tiempo empleado en la reforma -queda instalar el telón cortafuegos y el decorativo, recibir las obras, pagar a las contratistas y resolver líos judiciales-; Rafael Aznar, gerente de Ribalta Teatro, apunta que las compañías murcianas no han tenido más remedio que emigrar a otras comunidades para representar sus montajes; Eloísa Azorín, actriz de la compañía Ferroviaria, cree que lo ocurrido en el Romea «no tiene nombre» y lamenta que la profesión no haya mantenido una actitud combativa contra la falta de transparencia en la rehabilitación; y el productor Nacho Vilar no es partidario de mirar hacia atrás y reprochar: «Ahora nos merecemos disfrutar del Romea».
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