martes, 8 de diciembre de 2009

Yecla retumba al paso de la Virgen

Angel Alonso/ la Verdad
Por segundo año consecutivo, ninguna mujer participó en las filas de arcabuceros
Miles de personas arropan a la patrona en su descenso desde el santuario a la basílica
Miles de personas, tal vez más que nunca, acompañaron ayer a la patrona de Yecla en su día más emotivo. La Virgen del Castillo descendió hasta el centro de la ciudad en la jornada de La Bajada, que aglutinó a miles de devotos que abarrotaron el recorrido en ese día de fiesta grande de Yecla.
El buen tiempo animó a los fieles a seguir a la imagen de la patrona, la Virgen del Castillo, en su bajada por la ladera el cerro, entre el olor a pólvora de los arcabuceros de la compañía Capital Martín Soriano Zaplana que cumplieron con el ritual de costumbre.
Sobre las 12 del mediodía, después de una subida tranquila, la imagen de la Virgen asomó por las puertas del santuario entre el aplauso del numeroso público que asistió al acto y los clásicos sonidos de los arcabuces. El mayordomo de la Bandera, José Miguel Puche, empezó el juego de la insignia con los pajes fijando su mirada en él y acompañado del mayordomo del Bastón, Cristóbal Carpena, quien disparó continuamente su arcabuz.
Era uno de los momentos más esperados antes de comenzar el descenso, que se hizo a buen ritmo y con el público de nuevo como protagonista agolpándose delante y detrás de la imagen.
Algo más de una hora de descenso que tuvo una esperada parada en las puertas del Ayuntamiento yeclano, donde la patrona recibió los tradicionales tres '¡vivas!' de la voz desgarrada del alcalde, Juan Miguel Benedicto, entre el clamor popular de los vecinos que se agolpaban en la zona.
Unos metros después, escoltada por los cinco miembros de la Retaguardia, el mayordomo de la Bandera comenzó a jugar de nuevo la nueva insignia de las fiestas con el tronar de las arcas cerradas compuesta por decenas de escuadristas que durante más de media hora no cesaron de disparar pólvora en honor a la Virgen del Castillo.
Fueron escasamente 50 metros de juego de bandera de rodillas que se cargaron de emoción para el mayordomo de la Bandera, que no paró en ningún momento de mover la insignia con su mirada fija en el rostro de la Virgen mientras recibía ánimos de su familiares y amigos situados a escasos metros de él.
Lentamente la imagen de la patrona fue entrando en la basílica. En su interior, los fieles abarrotaban el templo a la espera de que fuera colocada la imagen de Virgen en el altar mayor. En ese momento el mayordomo del Bastón silenció su arcabuz y el de la Bandera descendió sus brazos. Ambos se fundieron en un emocionado abrazo de satisfacción por vivir uno de los momentos de su vida que jamás olvidarán.
El día acompañó a la fiesta, ya que las temperaturas no fueron muy bajas, el viento escaso y no llovió. A ello se sumó la concienciación de los arcabuceros a la hora de cumplir con las medidas de seguridad, lo que hizo que en la jornada de ayer no hubiera que reseñar incidentes destacables por la pólvora disparado.
Por otro lado, y ya son dos años consecutivos, en esta ocasión no ha habido participación femenina en las filas de arcabuceros.
La participación de la mujer sí que se dejó notar por la tarde con la tradicional ofrenda de flores, durante la que centenares de ramos se colocaron a los pies de la Virgen del Castillo.
Para la jornada de hoy, de nuevo la patrona estará en las calles de Yecla con la procesión de la tarde. Antes, a primera hora se realizará la investidura de los Clavarios de este año.
Hoy también está prevista la participación de miles de vecinos y visitantes, que aprovecharan el día festivo para visitar las fiestas patronales de Yecla.

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