Dos familias de Cieza hallan en la playa de La Colonia un equinodermo de ocho patas, un raro e inusual ejemplar para los científicos
Pretendían pasar un fin de semana normal con sus hijos: disfrutar del sol, del mar, de los juegos y de un descanso merecido tras una semana de duro trabajo. Las familias Yelo y Márquez, de Cieza, se dirigieron a pasar un fin de semana fuera del mundanal ruido, lejos de sus labores en una fábrica de componentes para camiones tráilers y de recogida en el campo. Pero el hallazgo de una estrella de mar de ocho brazos, hecho que por inhabitual y extraño es un misterio para la comunidad científica, les rompió la dulce rutina.
La mañana soleada del sábado en Águilas, como en el resto de la Región, era propicia para que sus hijos pequeños jugaran con sus cubos junto a la orilla, tomarse un aperitivo en familia y descansar. Antes de comer, los pequeños se acercaron a recoger cangrejos en un lugar rocoso de la playa de La Colonia. Caracolas, conchas, crustáceos y algo «raro» que no acertaban a descubrir qué era. Llamaron a sus padres, entre risas infantiles y caras de sorpresa. «Era una estrella de mar, esto era lo único que teníamos claro; pero era muy extraña, tenía ocho patas. Lo normal es que tengan cinco, como algunas que también vimos durante la mañana», asegura Gustavo, uno de los padres de los pequeños.
Tras unos primeros momentos de incertidumbre y no saber qué hacer, navegaron por Internet para informarse de qué animal marino se trataba, qué especie era la que veían sus ojos, y su sorpresa fue en aumento cuando descubrieron que hace cuatro años, en una playa de las Islas Británicas hallaron por vez primera una estrella de mar con ocho patas. El 'Daily Mail' publicaba el 23 de octubre de 2009 la noticia de que los expertos de toda Inglaterra se extrañaron de aquel hallazgo. No sabían cómo era posible, y especularon que quizás fueran dos estrellas de mar siamesas, ya que además de las ocho patas poseía dos madreporitos, lugar por donde toman agua para alimentarse.
Joaquín y Gustavo se pusieron ayer en contacto con el puesto de Cruz Roja instalado en La Colonia, cuyos operarios les indicaron que lo mejor que podían hacer era llevar la estrella al acuario de la Universidad de Murcia, que se pusieran en contacto con los responsables y que los científicos le buscaran un lugar para vivir en cautividad.
Salvar al animal
Su preocupación era cómo alimentar al animal, para lo que recogieron algas, plantas y musgo para mantener vivo este extraño ejemplar de equinodermo. «Si es como parece, una estrella única, lo mejor es que esté en un acuario para su cuidado. Intentamos ponernos en contacto también con organizaciones ecologistas para que nos ayuden a mantener viva la estrella», indicó Gustavo, que no disimulaba su preocupación por el animal.
Los científicos aseguran que existen unas 2.000 especies de estrellas de mar que viven en los océanos de todo el mundo, desde hábitats tropicales a fríos lechos de mar. Las más frecuentes tienen cinco extremidades, de ahí que se les llame estrellas, pero hay especies con 10, 20 e incluso 40 brazos. La mayoría tienen la sorprendente habilidad de consumir alimentos fuera de sus cuerpos. Utilizan sus 'pies', que terminan en ventosas, para abrir almejas u ostras, y su estómago reversible emerge de su boca, rodea a la presa para tragarla, y finalmente vuelve a metérsela dentro del cuerpo.
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