ISABEL LARA / La Opinión
La sombra de la corrupción ha oscurecido el medio siglo de vida que este año ha celebrado a lo grande el Festival del Cante de las Minas de La Unión. Un informe jurídico basado en una auditoría realizada por la Comunidad Autónoma que revisa los gastos e ingresos del certamen desde el año 2005 no deja en muy buen lugar a los gestores del festival de la época socialista, que podrían haber cometido delitos de malversación de fondos públicos y prevaricación.
Así se desprende del estudio encargado por el Ayuntamiento tras comprobar que entre 2003 y 2005 descendían en picado los ingresos por la venta de entradas en taquilla, tanto que en 2006 no se ingresó ni un solo euro mediante este sistema, a pesar de que el Antiguo Mercado Público colgó el cartel de completo con las actuaciones de primeras figuras del flamenco como Diego El Cigala, Miguel Poveda, Vicente Amigo o José Mercé.
El alcalde, Francisco Bernabé, señaló ayer a LA OPINIÓN que quiere llevar a los tribunales a los antiguos responsables del certamen para que respondan «por este desaguisado».
Este informe, al que ha tenido acceso este periódico, destapa una serie de facturas en las que no se justifica el gasto que reflejan. De cuatro de ellas, que alcanzan los 4.000 euros, destaca un justificante de 2005 cuyo concepto se refiere a unos gastos de un viaje a Valladolid, unas pruebas selectivas del Festival y unas jornadas flamencas que costaron 2.688 euros. Este pago incluye facturas de días anteriores referentes a comidas en restaurantes de la ciudad; también hay vales de combustibles de gasolineras de La Unión, Madrid y Molina de Segura. Por otro lado, se halla otra factura de 2006 que casi alcanza los 5.000 euros y que «no es posible relacionar con el desarrollo del Festival», emitida dos veces con distinto concepto y que se refiere a un «alojamiento convenido» y al alquiler de 67 habitaciones dobles con desayuno incluido, «cuando el establecimiento hostelero sólo dispone de 16». El informe detalla, asimismo, que no existen datos de las personas que estuvieron alojadas, ni en qué fechas ni durante cuánto tiempo.
Respecto a estos justificantes, los servicios legales del Ayuntamiento indican que se estaría cometiendo malversación de fondos y que la falta de justificación del gasto en el caso del viaje a Valladolid podría haber servido para costear gastos particulares de una concejala de la que no se detalla el nombre.
También hay indicios de delitos de prevaricación administrativa detectados en las facturas emitidas por una empresa gráfica y otra de publicidad, que cobraron entre 13.000 y 18.000 euros por servicios que el Ayuntamiento contrató como ´obras menores´, cuyos importes nunca deben superar los 12.000 euros.
Descalabro en las taquillas
Entre 2003 y 2006 –periodo en el que el alcalde socialista Manuel Sanes ostentaba la presidencia del festival– los ingresos en taquilla van disminuyendo de forma progresiva. De los 24.670 euros en 2003 se pasa a los 18.088 en 2004 y a los apenas 3.000 en 2005. En 2006, por increíble que parezca, no se computa ni un solo euro. De 2007 a 2009 las ventas se ´disparan´: 27.581, 46.909 y 75.497 euros.
El informe de la auditoría señala que estos ingresos «se corresponden con las liquidaciones de los presupuestos del Ayuntamiento, por lo que en las arcas municipales no se han ingresado más cantidades de las señaladas». Esto significa que el Ayuntamiento, hace cuatro años, «no ingresó cantidad alguna de venta de entradas en taquilla».
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