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T. M. M. LORCA/ La Verdad
El templo ya ha sufrido varios derrumbes en la sacristía y otras estancias del interior
Los techos y la iconografía están seriamente dañados por las filtraciones
Los fieles siguen acudiendo a la iglesia pero se pasan la mitad del oficio religiosos echando un vistazo a los nuevos desperfectos, y a las grietas y goteras que se van descubriendo en el templo. Temen que en la nave central ocurra lo mismo que ya ha pasado en una habitación aledaña, el techo se ha derrumbado en su totalidad, al igual que en otras estancias del edificio lo va haciendo poco a poco.
«Estamos muy preocupados. Los niños ya no pueden recibir la catequesis en el lugar habitual porque los cristales están rotos, como los de las vidrieras de las fachadas. La humedad se está comiendo las paredes y los techos, además de toda la pintura que cubre las capillas laterales del altar mayor. Todo está muy deteriorado y cada día descubrimos algo nuevo», apunta Isabel Comente, una de las vecinas que se encarga del mantenimiento del templo.
Con mantel de papel blanco han cubierto la parte inferior de las capillas con el objetivo de que no se vean los desperfectos. Grandes cortinajes colocados estratégicamente permiten disimular la pérdida de la inconografía original debido al déficit de trabajos de mantenimiento. También las flores sirven para tapar agujeros, desconchados y manchas de goteras.
Los vecinos aseguran que ya llevan tiempo reclamanda la reforma urgente de la iglesia. «Nos dijeron que el Obispado tenía proyecto de arreglar la iglesia y que incluso estaba negociando con la Dirección General de Bellas Artes para que asumiera el coste ya que se trata de un templo que dicen fue construido en la época del Cardenal Belluga. Lo que ocurre es que con el cambio de obispo todo parace estar paralizado, pero todas las Administraciones, las civiles y las eclesíásticas, están al tanto».
La iglesia fue construida en el siglo XVIII y comenzó a funcionar como parroquia en el año 1800, fecha en que quedó segregada de San Patricio. Consta de una fachada principal con dos torres y dos campanarios. La fachada fue restaurada pero loos vecinos no están del todo conformes. «Nos gustaría que se recuperara la original porque la nueva la han puesto de granito y creemos que no es acorde con los rasgos históricos de la iglesia». Esta redacción trató ayer, sin éxito, ponerse en contacto con el vicario episcopal para conocer las actuaciones que se han llevado a cabo al respecto.
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