jueves, 26 de noviembre de 2009

MOLINA/ Vecinos de la calle Obispo Frutos se rebelan y paralizan la ampliación de las aceras

26.11.09 - 01:13 -
JUAN LUIS VIVAS MOLINA/ La Verdad
Decenas de calles han sido levantadas en el municipio en los últimos meses para cambiar las aceras y el trasiego de las obras no ha dejado indiferente a nadie. Son muchos los vecinos que, por unas razones u otras, muestran su malestar. Un singular episodio se vivió ayer en una de ellas.
Una decena de vecinos paralizó ayer los trabajos urbanísticos en un tramo de la calle Obispo Frutos, en el barrio Sagrado Corazón de Jesús, para manifestar su protesta por el hecho de que, con la ampliación de las aceras, se eliminarán unos catorce aparcamientos de esta transitada vía, situada en un lateral del colegio Sagrado Corazón. La protesta vecinal provocó que los operarios tuvieran que desplazarse momentáneamente a otra calle contigua para seguir trabajando, si bien los vecinos accedieron, a instancias de un agente policial a que, al menos, permitieran echar el hormigón que traían los camiones de la obra.
La Policía Local fue requerida por el encargado de la obra, si bien la concentración de vecinos se disolvió de forma pacífica en menos de una hora. No obstante, «esta tarde hemos actuado por las buenas, pero mañana que no vengan a trabajar a las ocho porque no los vamos a dejar», advierte Miguel, el panadero de la calle. Los vecinos piden al Ayuntamiento que rectifique y esta mañana el PSOE va a trasladar este problema a la junta de portavoces.
Una delegación vecinal se personó a última hora de la mañana para registrar un escrito con unas 250 firmas de vecinos de la barriada para poner de manifiesto que no entienden a qué obedece la medida. Las nuevas aceras, colocadas a ambos lados de la calzada, tienen un ancho de 1,65 metros (1,5 según el concejal de Vías Públicas), bastante superior a las que existen en otras calles del municipio, que rondan el metro de ancho.
Fuera aparcamientos
El ensanchamiento de las baldosas ha provocado que desaparezcan unos catorce aparcamientos. Los establecimientos comerciales de la zona, sobre todo una panadería y una carnicería, se sienten seriamente perjudicados porque, a su juicio, su eliminación condiciona el acceso a sus negocios. «Es un problema de distancia kilométrica porque para nosotros supondrá vender un veinte o treinta por ciento menos», señala el panadero. Apostillan que también desaparecerán otros estacionamientos en la calle San Francisco, donde se pretende habilitar una zona de carga y descarga.
Además, consideran que a partir de ahora, al desaparecer la zona de aparcamientos, los coches que por allí transiten lo harán a mayor velocidad, con el consiguiente riesgo para los peatones. También aducen que los vehículos procedentes de otras calles tienen más dificultades para realizar los giros en las curvas, produciéndose el deterioro de los bordillos de las propias aceras.

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