El acusado de violar a una menor sordomuda niega la agresión y asegura que salió con ella porque le había dicho que era mayor
26.11.09 - 01:23 -
A. NEGRE MURCIA / la Verdad
26.11.09 - 01:23 -
A. NEGRE MURCIA / la Verdad
Joel T. S., el joven acusado de la violación a una menor sordomuda en mayo de 2007 en Archena, negó ayer los hechos ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Este joven, de 28 años y nacionalidad paraguaya, llegó a reconocer una cita con la víctima, una niña de 13 años, pero aseguró que en ésta no hubo contacto alguno y que se produjo el mismo día de su detención.
«Ella me mandó un mensaje al móvil y yo le contesté y quedamos», explicó ayer en el banquillo. «Sólo quería amistad con ella. No tenía mala intención». La cita, según el acusado, se produjo el 10 de junio de 2007. Ambos se limitaron, según su relato, a tratar de comer una hamburguesa en un local del centro de Archena, que resultó estar cerrado, y a encaminar sus pasos hacia la feria municipal. «Ella me había dicho antes que era mayor, que tenía 16 años».
El relato del Ministerio Público es, sin embargo, bien diferente. El acusado siguió presuntamente a la chica semanas antes, concretamente el 15 de mayo, cuando ésta se dirigía a su casa tras haber perdido el autobús escolar. Cuando ésta abrió la puerta del domicilio, él se adentró en la vivienda y la conminó a mantener relaciones. Ante la negativa de ésta la agredió sexualmente. Posteriormente, le envió varios mensajes subidos de tono a su teléfono móvil, hasta que la menor decidió relatar a su madre lo ocurrido.
El acusado explicó ayer al juez que el día en que presuntamente se cometió la violación él «estaba trabajando recogiendo limones en un campo de Ceutí». Joel reconoció ayer ante el juez que conocía a la víctima, y a su familia, desde hacía varios años y que la madre de ésta era, incluso, «íntima amiga» de su novia de aquellos años. «A través de ella me he enterado que la madre quería pedirme mil euros para retirar la denuncia», anunció a preguntas de su letrado.
El acusado no reconoció, sin embargo, los mensajes de móvil enviados desde su número que, le recordó el Ministerio Fiscal, fueron encontrados en el teléfono de la menor. «Yo no tenía su móvil hasta que ella me mandó un mensaje». En su primera declaración, tal y como recordó el fiscal, sí reconoció haberle enviado mensajes previos a la chica, sin embargo, éstos se le borraron «al caer el móvil al agua».
Tras la declaración del acusado le llegó el turno a la víctima. La Sala decidió que el testimonio de la menor se llevase a cabo a puerta cerrada, dada la «especial vulnerabilidad de la menor». El Ministerio Fiscal solicita una pena de ocho años de prisión y una orden de alejamiento que exceda en cinco años el tiempo de la condena. Joel reconoció ayer que lleva cinco años residiendo ilegalmente en el país.
«Ella me mandó un mensaje al móvil y yo le contesté y quedamos», explicó ayer en el banquillo. «Sólo quería amistad con ella. No tenía mala intención». La cita, según el acusado, se produjo el 10 de junio de 2007. Ambos se limitaron, según su relato, a tratar de comer una hamburguesa en un local del centro de Archena, que resultó estar cerrado, y a encaminar sus pasos hacia la feria municipal. «Ella me había dicho antes que era mayor, que tenía 16 años».
El relato del Ministerio Público es, sin embargo, bien diferente. El acusado siguió presuntamente a la chica semanas antes, concretamente el 15 de mayo, cuando ésta se dirigía a su casa tras haber perdido el autobús escolar. Cuando ésta abrió la puerta del domicilio, él se adentró en la vivienda y la conminó a mantener relaciones. Ante la negativa de ésta la agredió sexualmente. Posteriormente, le envió varios mensajes subidos de tono a su teléfono móvil, hasta que la menor decidió relatar a su madre lo ocurrido.
El acusado explicó ayer al juez que el día en que presuntamente se cometió la violación él «estaba trabajando recogiendo limones en un campo de Ceutí». Joel reconoció ayer ante el juez que conocía a la víctima, y a su familia, desde hacía varios años y que la madre de ésta era, incluso, «íntima amiga» de su novia de aquellos años. «A través de ella me he enterado que la madre quería pedirme mil euros para retirar la denuncia», anunció a preguntas de su letrado.
El acusado no reconoció, sin embargo, los mensajes de móvil enviados desde su número que, le recordó el Ministerio Fiscal, fueron encontrados en el teléfono de la menor. «Yo no tenía su móvil hasta que ella me mandó un mensaje». En su primera declaración, tal y como recordó el fiscal, sí reconoció haberle enviado mensajes previos a la chica, sin embargo, éstos se le borraron «al caer el móvil al agua».
Tras la declaración del acusado le llegó el turno a la víctima. La Sala decidió que el testimonio de la menor se llevase a cabo a puerta cerrada, dada la «especial vulnerabilidad de la menor». El Ministerio Fiscal solicita una pena de ocho años de prisión y una orden de alejamiento que exceda en cinco años el tiempo de la condena. Joel reconoció ayer que lleva cinco años residiendo ilegalmente en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario