Su presidente asegura que sólo tienen comida para esta semana y que la próxima dejarán de repartir si no hay nuevas donaciones
07.05.09 -
A. S. / P. W. R. LORCA
07.05.09 -
A. S. / P. W. R. LORCA
La organización Cáritas Interparroquial acumula un déficit de 21.900 euros que amenaza el mantenimiento de algunas de sus instalaciones alquiladas, el pago de salarios a sus trabajadores sociales y el mantenimiento de servicios como el suministro eléctrico o el teléfono.
El director de Cáritas, Lázaro Caballero, explicó que al déficit de 12.000 euros con el que la organización cerró el ejercicio 2007 se suma el saldo negativo de 10.000 euros con el que terminó el año 2008.
Según indicó, los trabajadores asalariados de la organización no han percibido el sueldo correspondiente a abril y también sufrieron retrasos en el cobro de la mensualidad de marzo y la situación económica de la institución benéfica es «muy precaria».
Caballero atribuyó parte de los problemas de liquidez de Cáritas a retrasos en la firma de los convenios anuales de la organización con el Ayuntamiento, su principal fuente de financiación, por los que en 2008 percibió unos 220.000 euros.
En el último ejercicio la organización tuvo gastos en sus diferentes proyectos por 267.000 euros, y percibió, junto a las subvenciones municipales, 16.300 euros de ayudas autonómicas y 1.300 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, además de 13.000 de ingresos parroquiales y 3.000 de donaciones de particulares.
La organización mantiene activos ocho programas solidarios, entre los que se encuentran el albergue de transeúntes, un proyecto de atención al inmigrante, un piso tutelado para mujeres inmigrantes, otro de emergencia social, un ropero solidario y un banco de alimentos. Asimismo, coordina talleres de confección industrial, de atención al menor en edad escolar, de acompañamiento y seguimiento a alumnos absentistas, y de familia y desarrollo personal.
La crisis y el aumento en el número de peticionarios de ayuda a la organización son, según su presidente, los que han provocado que se hayan incrementado los números rojos. «El invierno ha sido muy duro. Ha hecho mucho frío y había mucha gente que necesitaba abrigarse. Hubo que comprar mantas y ropa de abrigo».
La despensa, vacía
Otra de las preocupaciones más acuciantes de la organización es que el Banco de Alimentos apenas cuenta con comida suficiente para finalizar la semana. «Cuando entreguemos lo que nos queda estaremos a cero. La semana que viene no tenemos nada que entregar a las familias necesitadas».
En esta situación se encuentran unas 1.600 personas que conforman 169 familias ecuatorianas; 125 españolas; 62 marroquíes; 57 de países como Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, Uruguay y Perú; 12 de Argelia, Costa de Marfil, Gana, Nigeria y Senegal; y otras tantas de Bulgaria, Rumanía y Ucrania.
Todas ellas, reciben, según Caballero, «arroz, lentejas, alubias, macarrones, fideos, aceite, leche, galletas... Lo que se precisa en un hogar». E hizo un llamamiento a la solidaridad. «Necesitamos alimentos de primera necesidad de forma urgente. Las donaciones pueden realizarse en «las iglesias».
Y anunció la realización de una cuestación extraordinaria para poder resolver la actual situación económica de Cáritas y para poder abastecer el Banco de Alimentos. «Es cierto que estamos muy, muy mal. Con la crisis que tenemos no se puede decir que no se ayuda a una familia a la que le han cortado la luz o que no tiene que llevarse a la boca».
El director de Cáritas, Lázaro Caballero, explicó que al déficit de 12.000 euros con el que la organización cerró el ejercicio 2007 se suma el saldo negativo de 10.000 euros con el que terminó el año 2008.
Según indicó, los trabajadores asalariados de la organización no han percibido el sueldo correspondiente a abril y también sufrieron retrasos en el cobro de la mensualidad de marzo y la situación económica de la institución benéfica es «muy precaria».
Caballero atribuyó parte de los problemas de liquidez de Cáritas a retrasos en la firma de los convenios anuales de la organización con el Ayuntamiento, su principal fuente de financiación, por los que en 2008 percibió unos 220.000 euros.
En el último ejercicio la organización tuvo gastos en sus diferentes proyectos por 267.000 euros, y percibió, junto a las subvenciones municipales, 16.300 euros de ayudas autonómicas y 1.300 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, además de 13.000 de ingresos parroquiales y 3.000 de donaciones de particulares.
La organización mantiene activos ocho programas solidarios, entre los que se encuentran el albergue de transeúntes, un proyecto de atención al inmigrante, un piso tutelado para mujeres inmigrantes, otro de emergencia social, un ropero solidario y un banco de alimentos. Asimismo, coordina talleres de confección industrial, de atención al menor en edad escolar, de acompañamiento y seguimiento a alumnos absentistas, y de familia y desarrollo personal.
La crisis y el aumento en el número de peticionarios de ayuda a la organización son, según su presidente, los que han provocado que se hayan incrementado los números rojos. «El invierno ha sido muy duro. Ha hecho mucho frío y había mucha gente que necesitaba abrigarse. Hubo que comprar mantas y ropa de abrigo».
La despensa, vacía
Otra de las preocupaciones más acuciantes de la organización es que el Banco de Alimentos apenas cuenta con comida suficiente para finalizar la semana. «Cuando entreguemos lo que nos queda estaremos a cero. La semana que viene no tenemos nada que entregar a las familias necesitadas».
En esta situación se encuentran unas 1.600 personas que conforman 169 familias ecuatorianas; 125 españolas; 62 marroquíes; 57 de países como Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, Uruguay y Perú; 12 de Argelia, Costa de Marfil, Gana, Nigeria y Senegal; y otras tantas de Bulgaria, Rumanía y Ucrania.
Todas ellas, reciben, según Caballero, «arroz, lentejas, alubias, macarrones, fideos, aceite, leche, galletas... Lo que se precisa en un hogar». E hizo un llamamiento a la solidaridad. «Necesitamos alimentos de primera necesidad de forma urgente. Las donaciones pueden realizarse en «las iglesias».
Y anunció la realización de una cuestación extraordinaria para poder resolver la actual situación económica de Cáritas y para poder abastecer el Banco de Alimentos. «Es cierto que estamos muy, muy mal. Con la crisis que tenemos no se puede decir que no se ayuda a una familia a la que le han cortado la luz o que no tiene que llevarse a la boca».
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