Los tribunales dan por tercera vez la razón a los vecinos de la calle Francisco Caravaca en su lucha contra los ruidos de dos locales de copas
09.05.09 -
GUILLERMO HERMIDA ARCHENA/ La Verdad
09.05.09 -
GUILLERMO HERMIDA ARCHENA/ La Verdad
Tras 17 años y un centenar de denuncias, un grupo de seis vecinos de la calle Francisco Caravaca parece que finalmente ha ganado su particular batalla contra el ruido. El pasado día 22 de abril se celebraba el juicio y una semana más tarde, la sentencia condenaba a los tres propietarios del Fraggle Rock a dos años y seis meses de prisión, por un delito contra el medio ambiente y otro de lesiones debido a «la situación de permanente y continuada contaminación acústica, que ha supuesto un auténtico calvario en sus vidas», según el texto de la sentencia.
Se trata de la primera vez que en la Región en que se condena por contaminación acústica. Para los seis vecinos que interpusieron la denuncia, es la tercera vez que la justicia les da la razón.
Su lucha contra los ruidos se inició a finales de 1992, contra otro local, Bucanero. Las llamadas a la Policía Local se sucedían, como recuerda Antonio García Candel, uno de los vecinos. «Incumplían el horario de cierre y ponían la música por encima del límite. En mi dormitorio llegaron a medir 102 decibelios pasadas las tres de la madrugada». Sus denuncias enrarecieron el ambiente con los dueños del local, que fueron condenados por denunciar falsamente a García por agresiones. Finalmente, la Audiencia Provincial condenó en 2005 a los dueños por delito contra el medio ambiente y lesiones. El pub llevaba ya un año cerrado.
Ansiedad, estrés y depresión
Síndrome de ansiedad generalizada, insomnio, trauma acústico crónico, estrés y depresión son las heridas que estos vecinos lucen tras la batalla, que se recrudeció cuando frente a sus viviendas y al lado del Bucanero abrió sus puertas el local ahora condenado.
Hartos de que sus denuncias ante el Consistorio cayeran en saco roto, demandaron al Ayuntamiento por el silencio administrativo que mantenía sobre las órdenes de cierre del Fraggle Rock y la justicia -a través de la Sala de lo Contencioso-Admnistrativo de la Audiencia Provincial- volvió a darles la razón en 2007.
En enero de ese año, finalmente, el local echó el cierre definitivamente. Pero la lentitud de la justicia ha retrasado hasta hoy la sentencia que parece poner fin a su lucha. «Le debemos la vida al fiscal de Medio Ambiente, José Luis Manzanera», afirman los vecinos, que ven con preocupación que alguno de los locales pueda abrir de nuevo sus puertas. «Si eso ocurre, lo primero que haremos será hablar con los dueños y enseñarles las sentencias, para que sepan que aquí vamos a luchar por nuestros derechos», afirman.
La sentencia contempla una indemnización de 10.000 euros para cada vecino afectado, pero tanto Antonio como su mujer, Livina; el matrimonio que forman Alfonso y Concepción y Antonia y Victoriana saben que el dinero se irá en pagar abogados y procuradores. «No lo hemos hecho por el dinero», afirma García Candel, «lo hacemos por nuestra salud, porque esto era peor que un cáncer, nos iba minando día a día». Esta redacción trató sin éxito ayer de contactar con los dueños del local.
Se trata de la primera vez que en la Región en que se condena por contaminación acústica. Para los seis vecinos que interpusieron la denuncia, es la tercera vez que la justicia les da la razón.
Su lucha contra los ruidos se inició a finales de 1992, contra otro local, Bucanero. Las llamadas a la Policía Local se sucedían, como recuerda Antonio García Candel, uno de los vecinos. «Incumplían el horario de cierre y ponían la música por encima del límite. En mi dormitorio llegaron a medir 102 decibelios pasadas las tres de la madrugada». Sus denuncias enrarecieron el ambiente con los dueños del local, que fueron condenados por denunciar falsamente a García por agresiones. Finalmente, la Audiencia Provincial condenó en 2005 a los dueños por delito contra el medio ambiente y lesiones. El pub llevaba ya un año cerrado.
Ansiedad, estrés y depresión
Síndrome de ansiedad generalizada, insomnio, trauma acústico crónico, estrés y depresión son las heridas que estos vecinos lucen tras la batalla, que se recrudeció cuando frente a sus viviendas y al lado del Bucanero abrió sus puertas el local ahora condenado.
Hartos de que sus denuncias ante el Consistorio cayeran en saco roto, demandaron al Ayuntamiento por el silencio administrativo que mantenía sobre las órdenes de cierre del Fraggle Rock y la justicia -a través de la Sala de lo Contencioso-Admnistrativo de la Audiencia Provincial- volvió a darles la razón en 2007.
En enero de ese año, finalmente, el local echó el cierre definitivamente. Pero la lentitud de la justicia ha retrasado hasta hoy la sentencia que parece poner fin a su lucha. «Le debemos la vida al fiscal de Medio Ambiente, José Luis Manzanera», afirman los vecinos, que ven con preocupación que alguno de los locales pueda abrir de nuevo sus puertas. «Si eso ocurre, lo primero que haremos será hablar con los dueños y enseñarles las sentencias, para que sepan que aquí vamos a luchar por nuestros derechos», afirman.
La sentencia contempla una indemnización de 10.000 euros para cada vecino afectado, pero tanto Antonio como su mujer, Livina; el matrimonio que forman Alfonso y Concepción y Antonia y Victoriana saben que el dinero se irá en pagar abogados y procuradores. «No lo hemos hecho por el dinero», afirma García Candel, «lo hacemos por nuestra salud, porque esto era peor que un cáncer, nos iba minando día a día». Esta redacción trató sin éxito ayer de contactar con los dueños del local.
1 comentario:
Como vecino de archena y conocedor de lo sucedido tanto con el bucanero como con el fraggle rock, quiero manifestar mi enorme indignacion al leer tantas tonterias en un periodico supuestamente serio. Por cierto, no dice absolutamente nada de la manifestacion que hubo en apoyo a los condenados en la que participó un numeroso grupo de vecinos el dia 22, ayer. En la misma, ademas de otras 300 personas, estaban los vecinos que viven justo arriba del bucanero y los que viven al lado (pared con pared) con el fraggle rock, solidarizandose tambien. No entiendo como ellos no han sufrido tantos daños ni depresiones, que cosas mas raras. No puedo hablar de lo que no se, pero me extraña muchisimo que si intentasteis contactar con los dueños del fraggle no hayais podido, me extraña. Solo decir que los acusados no son delincuentes, no son mala gente, y desde luego no merecen entrar en la carcel. Alla cada uno con su conciencia. Por cierto, podrias intentar informaros un poco de que clase de persona es el denunciante, Antonio Garcia Candel. Bien preguntando por el pueblo, o mejor, ¡¡¡¡a la guardia civil!!!! A lo mejor os dais cuenta de que la historia que habeis contado es bastante distinta de la realidad.
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