04.01.10 - 00:18 -
FERNANDO G. LOZANO MURCIA. / La Verdad
FERNANDO G. LOZANO MURCIA. / La Verdad
Los 48 inquilinos de una urbanización de El Esparragal denuncian que las filtraciones inundan sus sótanos
Los afectados no pueden utilizar sus garajes y trasteros y sufren cortes de luz y averías en los ascensores
Los afectados no pueden utilizar sus garajes y trasteros y sufren cortes de luz y averías en los ascensores
Los vecinos de las 48 viviendas de la urbanización Bellavista de El Esparragal están indignados porque no pueden utilizar ni sus garajes ni sus trasteros desde mayo pasado debido a las filtraciones de agua que procedentes de una acequia de riego inundan sus sótanos.
Los inquilinos, que culpan del problema a la promotora de sus viviendas porque creen que ésta no impermeabilizó los cimientos del edificio, han presentado una reclamación ante la Dirección General de Vivienda para que obligue al constructor a subsanar cuanto antes este problema.
Las inundaciones comenzaron en mayo de este año, tan sólo unos meses después de que la promotora les entregara las llaves de sus casas. Desde entonces no sólo no han podido hacer uso ni de sus trasteros ni de sus plazas de garaje, sino que también viven con la impotencia de ver cómo la humedad avanza a pasos agigantados hasta el punto de que podría alcanzar sus viviendas de no adoptarse una solución inmediata. De hecho, el volumen de agua que entra en los sótanos a diario es tan grande que la empresa constructora de las viviendas ha improvisado unos canales y desagües en mitad del aparcamiento por los que achica el agua conduciéndola hasta el alcantarillado de la red municipal de aguas mientras que les da la solución definitiva.
Las filtraciones también están afectando a las instalaciones eléctricas de los dos edificios, que sufren continuos cortes de suministro eléctrico y que han dejado inutilizados dos ascensores.
Ana María Gallego vive en el bajo A. Ella es una de las vecinas más afectadas, ya que al hecho de no poder utilizar ni su trastero ni su plaza de garaje, se suma que la humedad está a punto de alcanzar su vivienda. «Mi trastero está inundado, sin luz, tengo que dejar el coche aparcado en la calle y encima veo cómo la humedad me come los pies. Si no me dan una solución rápida, tiraré la pared para impedir que la humedad destroce mi casa», argumentaba desesperada esta vecina, que lleva meses soportando los problemas que las filtraciones están originando en el edificio.
Otro de los vecinos más afectados es Pepe Jiménez, que habita el 1º B. Desde que comenzaron las filtraciones los problemas no han dejado de sucederse. «Se me ha roto el frigorífico y la vitrocerámica debido a los continuos cortes y bajadas de tensión de luz, además de perder todo lo que tenía almacenado en el trastero», que está ubicado en el sótano. A la espera de que le den una solución, este vecino ha colocado unos palés en su trastero donde deposita todos sus enseres a la espera de que alguien se haga responsable de sus pérdidas.
Los vecinos también se han dirigido a la Junta de Hacendados para que arregle los desperfectos de la acequia, ya que tras numerosas pruebas se ha comprobado que la procedencia del agua es de la misma.
Este periódico intentó ayer recabar la versión del pedáneo de El Esparragal, pero no fue posible.
Los inquilinos, que culpan del problema a la promotora de sus viviendas porque creen que ésta no impermeabilizó los cimientos del edificio, han presentado una reclamación ante la Dirección General de Vivienda para que obligue al constructor a subsanar cuanto antes este problema.
Las inundaciones comenzaron en mayo de este año, tan sólo unos meses después de que la promotora les entregara las llaves de sus casas. Desde entonces no sólo no han podido hacer uso ni de sus trasteros ni de sus plazas de garaje, sino que también viven con la impotencia de ver cómo la humedad avanza a pasos agigantados hasta el punto de que podría alcanzar sus viviendas de no adoptarse una solución inmediata. De hecho, el volumen de agua que entra en los sótanos a diario es tan grande que la empresa constructora de las viviendas ha improvisado unos canales y desagües en mitad del aparcamiento por los que achica el agua conduciéndola hasta el alcantarillado de la red municipal de aguas mientras que les da la solución definitiva.
Las filtraciones también están afectando a las instalaciones eléctricas de los dos edificios, que sufren continuos cortes de suministro eléctrico y que han dejado inutilizados dos ascensores.
Ana María Gallego vive en el bajo A. Ella es una de las vecinas más afectadas, ya que al hecho de no poder utilizar ni su trastero ni su plaza de garaje, se suma que la humedad está a punto de alcanzar su vivienda. «Mi trastero está inundado, sin luz, tengo que dejar el coche aparcado en la calle y encima veo cómo la humedad me come los pies. Si no me dan una solución rápida, tiraré la pared para impedir que la humedad destroce mi casa», argumentaba desesperada esta vecina, que lleva meses soportando los problemas que las filtraciones están originando en el edificio.
Otro de los vecinos más afectados es Pepe Jiménez, que habita el 1º B. Desde que comenzaron las filtraciones los problemas no han dejado de sucederse. «Se me ha roto el frigorífico y la vitrocerámica debido a los continuos cortes y bajadas de tensión de luz, además de perder todo lo que tenía almacenado en el trastero», que está ubicado en el sótano. A la espera de que le den una solución, este vecino ha colocado unos palés en su trastero donde deposita todos sus enseres a la espera de que alguien se haga responsable de sus pérdidas.
Los vecinos también se han dirigido a la Junta de Hacendados para que arregle los desperfectos de la acequia, ya que tras numerosas pruebas se ha comprobado que la procedencia del agua es de la misma.
Este periódico intentó ayer recabar la versión del pedáneo de El Esparragal, pero no fue posible.
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