martes, 20 de octubre de 2009

LORCA/ A las órdenes de Merkel


El Ejército alemán compra seis mulos a criadores lorquinos para destinarlos a la brigada de montaña de los Alpes
20.10.09 - T. M. M. LORCA / la Verdad
¿Qué hace un mulo nacido y criado en Lorca en una unidad del Ejército alemán? No es un chiste. Por segunda vez Alemania ha recurrido al Ejército español y a criadores locales para adquirir seis ejemplares que irán destinados a la brigada de montaña que realiza sus operaciones en zonas de difícil acceso para cualquier tipo de vehículo. Ayer por la tarde se llevó a cabo la entrega de los animales que tardarán cuatro días en llegar a Munich.
El doctor Hampel es el veterinario militar encargado de coordinar la operación de recepción de los animales junto con los mandos españoles. «Los seis animales serán utilizados en maniobras y operaciones de alta montaña, sobre todo en Los Alpes. Hay mulos en otras partes del mundo, por ejemplo en Francia, pero no tienen las características morfológicas que tienen los que compramos aquí. Los mulos franceses son más gruesos, de mayor volumen y no tienen tanta resistencia. En cambio los mulos murcianos son más finos y altos para poder colgarles hasta doscientos kilos de materiales y munición».
Controles de sangre
Los controles sanitarios que pasan los animales son muy estrictos, al igual que las medidas de seguridad y de transporte. «Cada mulo va acompañado en el camión de un soldado. Se van haciendo sucesivas paradas y los animales se descargan para hacerles caminar y descansar del viaje. Pasan controles de sangre. Por eso este año hemos tenido que descartar un animal porque padecía una leve enfermedad, pero en Alemania nos habría dado problemas», apunta el teniente coronel del Ejército del Aire alemán, Romand Irmer.
El precio que el Ejército alemán paga por cada uno de los mulos oscila entre los dos mil y los tres mil quinientos euros. «El año pasado ya nos llevamos cuatro y han dado muy buen resultado. Este año son un macho y cinco hembras con edades que oscilan entre los tres y los seis años. Cuatro son de criadores lorquinos y dos proceden de granjas del campo de Cartagena».
A estas horas los mulos lorquinos ya estarán en camino para ponerse bajo las órdenes de sus nuevos jefes. ¿La primera lección? Aprender a escuchar el «¡arre!» en alemán.

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