La menor, que pensaba celebrar su cumpleaños el viernes, recibió ayer sepultura en un acto al que fue todo el pueblo
La Opinión
Una niña de 7 años de edad falleció el pasado lunes en un restaurante de Santomera al caer al suelo y golpearse la cabeza contra un bordillo, indicaron a esta redacción allegados a la pequeña. La menor -que tenía ya preparada la lista de invitados a su próximo cumpleaños, que pensaba celebrar el viernes- recibió ayer por la tarde sepultura en su pueblo natal, en una ceremonia religiosa en la que la parroquia de Nuestra Señora del Rosario se quedó pequeña, dada la cantidad de vecinos que se acercaron a arropar a la familia de la fallecida.
El suceso tuvo lugar al pasado lunes al mediodía, cuando la pequeña se encontraba en el restaurante Casa Pepe -propiedad de su tío- con varios de sus parientes. En un momento dado, según fuentes cercanas a la familia, la niña comenzó a jugar con una de las cortinas que adornan el restaurante, con tan mala fortuna que ésta se desprendió y la menor cayó al suelo, golpeándose la cabeza contra el suelo.
Velada en casa de su abuela
El golpe fue fatal, y los sanitarios que se desplazaron al restaurante tan sólo pudieron certificar la muerte de la pequeña.
El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. Posteriormente fue llevado al domicilio de la abuela de la víctima, donde fue velado durante toda la noche hasta el sepelio de ayer.
Los sacerdotes Francisco de Asías Pagán y Luis Emilio Pascual se encargaron de oficiar la ceremonia religiosa, antes del traslado del féretro al cementerio.
La Opinión
Una niña de 7 años de edad falleció el pasado lunes en un restaurante de Santomera al caer al suelo y golpearse la cabeza contra un bordillo, indicaron a esta redacción allegados a la pequeña. La menor -que tenía ya preparada la lista de invitados a su próximo cumpleaños, que pensaba celebrar el viernes- recibió ayer por la tarde sepultura en su pueblo natal, en una ceremonia religiosa en la que la parroquia de Nuestra Señora del Rosario se quedó pequeña, dada la cantidad de vecinos que se acercaron a arropar a la familia de la fallecida.
El suceso tuvo lugar al pasado lunes al mediodía, cuando la pequeña se encontraba en el restaurante Casa Pepe -propiedad de su tío- con varios de sus parientes. En un momento dado, según fuentes cercanas a la familia, la niña comenzó a jugar con una de las cortinas que adornan el restaurante, con tan mala fortuna que ésta se desprendió y la menor cayó al suelo, golpeándose la cabeza contra el suelo.
Velada en casa de su abuela
El golpe fue fatal, y los sanitarios que se desplazaron al restaurante tan sólo pudieron certificar la muerte de la pequeña.
El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. Posteriormente fue llevado al domicilio de la abuela de la víctima, donde fue velado durante toda la noche hasta el sepelio de ayer.
Los sacerdotes Francisco de Asías Pagán y Luis Emilio Pascual se encargaron de oficiar la ceremonia religiosa, antes del traslado del féretro al cementerio.
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