domingo, 19 de julio de 2009

LA UNIÓN/ El grito de auxilio de 'Josi'

El Ayuntamiento organiza una gala benéfica para ayudar a una mujer parada con una hija de diez años que padece el raro Síndrome de Merrf
19.07.09 -
LOLA GUARDIOLA LA UNIÓN/ La Verdad

La principal Ley de Murphy -«cualquier cosa que pueda ir mal, irá mal»- aparece cada día en la vida de María José Josi González, mujer que actúa como cabeza de familia. Ya en enero de este año, La Verdad daba cuenta de la odisea que supone sólo sobrevivir de esta chica separada de 38 años, residente en La Unión, que perdió su empleo fijo como limpiadora hace cinco años en desaparecido hospital de la Cruz Roja de Cartagena.
La situación familiar se ha agravado de manera tan desesperante que Josi afirma amargamente estar «para tomar un camino». El Ayuntamiento, en su ánimo de ayudar a la familia, se ha comprometido a organizar un espectáculo benéfico para recaudar fondos. La concejala de Asuntos Sociales, María Hermógenes, intentará recabar la participación de «algún personaje famoso». La gala, de momento, no tiene fecha, «aunque se hará lo antes posible», apuntó la edil.
Josi González está atormentada porque vive con sus dos hijos en la casa de sus padres, los cuatro a su cargo. Las deudas crecen sin parar y apenas tiene dinero ya no para comer, sino para que su hija tome los medicamentos que necesita. Tiene tanto temor a su infortunio que piensa realizar una acción reivindicativa, pero dice que le frena «el que pueda acabar en la cárcel y, por lo tanto, ser el fin de su familia».
Su padre está enfermo de alzéimer, inmovilizado entre la cama y una silla de ruedas prestada desde hace años. Su madre padece descalcificación de los huesos y migrañas crónicas. Por si fuera poco, su hija, María, de 10 años, está gravemente enferma con el síndrome de Merrf. Su hijo tiene 20 años y no encuentra trabajo. Adeuda ya tres letras de hipoteca, decenas de medicamentos en la farmacia y miles de euros en préstamos personales.
Actualmente, entre la aportación de su ex marido y la pensión de su padre, alcanza los 912 euros al mes. O lo que es lo mismo, está asfixiada porque son insuficientes para hacer frente a la hipoteca de la casa (800 euros), pagar fármacos, comida para cinco y costear viajes y estancias médicas constantes a Murcia y Madrid. Josi apunta que a esto puede sumar 20 o 30 euros «cuando alguna vecina me llama para limpiar escaleras, aunque me lo gasto enseguida en el supermercado».
María José asegura que se cuentra sola porque «no tiene ayuda de nadie, ni de organismos ni de la familia». Su llamamiento es desesperado: «No necesito buenas palabras, necesito ayuda ya porque no puedo más». En los próximos días, decidirá si finalmente se encierra en algún organismo como «grito de auxilio», aunque insiste en que «seguro que me llevan presa y no sé que será de mi familia».

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